Este autor tiene tendencia a plantearse, sobre todo en este espacio, cuáles son los caminos por los que va a transitar nuestra sociedad en la próxima década, tanto en el plano tecnológico (cambios en los sistemas de producción) como en el social (modificaciones en los hábitos de comportamiento).
Ello conlleva indagar en esos dos ámbitos y seguir la literatura académica y científica sobre los temas que puedan ir surgiendo, para poder trasladar ese conocimiento a la audiencia haciéndolo con un mínimo de rigor.
Hoy, frente a esa esa cuestión habitual, vamos a hacer el ejercicio contrario: intentar encontrar una respuesta a la pregunta ¿cuáles son aquellos aspectos que estamos seguros que continuarán existiendo en los próximos diez años? Sin duda hay muchos, pero vamos a apuntar unos cuantos.
Los consumidores en gran medida van a seguir presionando para que los precios de los productos y servicios sigan manteniendo una tendencia a la baja. Para ello, la industria debe encontrar la manera de seguir en el proceso de reducción de costes, especialmente en las fases de producción y distribución. La introducción de materiales y de procesos fabriles novedosos hará que los precios puedan seguir esa senda de la estabilización (ya sabemos que, descontada la inflación, se genera una caída real del importe final, aunque esta cuestión está ligada también al mantenimiento/aumento de los salarios ya que si estos también descienden entonces el coste de la vida se ve alterado al alza).
Otro comportamiento que seguramente no va a cambiar en el futuro es la demanda por poder disponer de las cosas lo más pronto posible. La demora en los procesos de compra redunda en una reducción de las ventas. El cliente tiende a realizar su adquisición de manera muy rápida (auspiciado, eso sí, por procesos emocionales y no racionales, generados a instancias del marketing) y desea poder utilizar el producto lo antes posible. Ello implica que los procesos logísticos de entrega deberán mejorar aún más los plazos del delivery.
Las empresas seguirán trabajando bajo premisas muy similares: producir (en su más amplio sentido que incluye también la intermediación), vender con margen, y cobrar. Además, este proceso de venta debe hacerse, en general, generando en el comprador sensaciones positivas para que repita (fidelización de la clientela), o bien, en el caso de procesos de compraventa únicos (como la adquisición de una vivienda, por ejemplo, que se suele realizar una sola vez en la vida) para que hable bien de su experiencia y la recomiende (generación de prescriptores gracias a la satisfacción generada, proceso conocido como el boca-oreja).
La ansiedad y el miedo a la muerte es otro de esos temas que seguirá estando presente en la sociedad de la década de los 30. Mucho se habla del alargamiento de la vida y de que buena parte de la humanidad podrá superar con facilidad la barrera de los cien años de vida al final de este siglo, pero las diversas actitudes socioculturales que tenemos frente a la muerte seguirán persistiendo. Y es que la inmortalidad, a pesar de las afirmaciones de Eduard Punset, no es una realidad. Quizás pueda serlo, en un futuro lejano, la longevidad indefinida que es difundida por algunos científicos.
Junto al temor anterior, va muy ligado otro comportamiento mayoritario: la creencia en la existencia de una vida más allá de la muerte o, dicho con otras palabras, el mundo de las creencias espirituales, de las religiones (el teísmo, o creencia en la existencia de dioses). Aunque es muy difícil de medir a nivel terráqueo, según datos de diversos (como el Instituto Gallup, la CIA o el Pew Research Center, por ejemplo), existen muchos más creyentes que agnósticos en este planeta (cuatro a uno).
Aquí hemos apuntado unos pocos, pero sin duda son muchísimos los aspectos que permanecerán inalterables en la vida cotidiana de las personas y las corporaciones durante los próximos lustros. Recordando la canción de Bob Dylan The Times They Are a-Changin’, escrita en 1963, alguien podría reclamar que este artículo podría haberse titulado The Times They Are’nt a-Changin’ retomando el título de otro cantante, Ryab Harvey, grabada hace ya una docena de años. Pero no es cierto. Algo siempre cambia, pero algo también, siempre permanece.
Dr. Joaquín Marqués
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