Los tres factores clave para persuadir a nuestros clientes

Si hay alguna forma de conseguir que el cliente compre un producto o servicio es a través del poder de la persuasión. Sin embargo, para persuadir a un cliente necesitamos tiempo y mucha dedicación, y eso no suele estar al alcance de todos.

Creer en nuestro producto

Lo primero que debemos hacer es estar convencidos de que el producto o servicio que estamos ofreciendo al cliente es el que realmente necesita. Si nosotros dudamos de los beneficios que le aportará, casi seguro que no transmitiremos la confianza y la seguridad que el cliente necesita, por tanto, no lograremos la venta.

La comunicación

A través de la palabra conseguimos crear una necesidad, despertando un deseo en el cliente para acabar ofreciendo la mejor solución con un producto o servicio.

También hay que tener en cuenta que en el mundo del marketing online el cliente suele comprar soluciones a problemas que muchas veces desconoce. Esto se debe al buen papel de la persuasión; pero cuidado con confundir la persuasión con el engaño.

Las emociones

No obstante, no es suficiente con decir al cliente los beneficios que obtendrá si adquiere nuestro producto o servicio, sino que necesitamos despertar sus deseos, crear afinidad, establecer un vínculo emocional.

Si logramos conectar con nuestro cliente, seremos capaz de conectar con sus emociones. Al final el ser humano suele actuar por emociones, por tanto, el objetivo es despertar en cada cliente la emoción más adecuada. Existen diferentes formas para activar las emociones: a través de los colores, imágenes, sonidos, etc. pero una de las más importantes son las palabras. Aquello de “una imagen vale más que mil palabras”, en la venta no suele funcionar.

Toda palabra está asociada a una emoción, pero no todos percibimos las emociones de la misma manera. Por este motivo es tan importante conocer a nuestros clientes, para así saber utilizar las palabras adecuadas. Hablamos de palabras del tipo: gratis, descuento, regalo, valor, beneficios, soluciones, seguridad, primero, experiencia, ganar, ahorro, limitado, atención, etc.

Y es que, si te paras a pensar, la mayoría de los impactos publicitarios que recibimos a lo largo del día contienen alguna de estas palabras; y funcionan. 

5 errores comunes del emprendedor

Poner en marcha un proyecto no es fácil y requiere mucho esfuerzo, pero sobre todo mucha mesura. Hay errores comunes que un emprendedor poco experimentado suele cometer y que, conociéndolos de antemano puede evitar empezar con mal pie. A continuación recogemos algunos de ellos.

Mala elección de compañeros de viaje

Tener un buen equipo es clave para el buen desarrollo del proyecto. Para elegir a las personas adecuadas debes rodearte de gente competente y experta en su ámbito y que, además, compartan valores similares a los del proyecto.

Añadir que, normalmente, tu mejor amigo o hermano no suelen ser las mejores personas para embarcarte en una aventura empresarial.

El plan de negocios

Es la piedra angular de todo proyecto, así que debe desarrollarse y quedar por escrito. Algunas compañías obvian este documento por su compleja elaboración ya que, no solo es importante para la puesta en marcha del proyecto, sino que también determina la hoja de ruta del negocio al contener metas a medio y largo plazo.

No ser ágil ni flexible

La falta de resiliencia del emprendedor puede ser su mayor hándicap en esta aventura. Todo emprendedor debe ser capaz de adaptar su idea a las circunstancias del mercado. Además, a medida que el proyecto se va desarrollando es casi obligatorio implementar cambios en la compañía para que el negocio perdure en el tiempo.

Hablar antes de escuchar

El producto o servicio tiene que ser vendible y para conocer esto hay que preguntar directamente a nuestro público objetivo. La clave está en conocer lo que la gente quiere y no dejarse llevar por los gustos propios. ¿Estarán dispuestos a pagar por ello? Cuanto más feedback tengamos, mejor.

No formarse antes de comenzar

A día de hoy no sirve la excusa de falta de información o el acceso a ella. Así que antes de poner en marcha tu idea es necesario estar formado en el ámbito del proyecto, así como adquirir nociones básicas para la dirección de una empresa; ambas formaciones imprescindibles.

El poder del consumidor digital

A pesar de las constantes mejoras de calidad y las oportunidades que existen en el mercado, el actual consumidor no deja de ser una persona insatisfecha y desconfiada.

Hoy en día el cliente ha dejado de creer en lo que dicen las marcas; es más, cambiamos de un producto sin preocupaciones ni remordimientos, y todo a través de un click. Se trata de un consumidor exigente y muy poco tolerante ante fallos, abusos, incidencias no resueltas o mensajes engañosos de las marcas, algo totalmente lógico con la cantidad de competencia existente. Nos encontramos ante un perfil difícil de satisfacer desde el punto de vista de las marcas.

El problema de esta insatisfacción y exigencia es que las empresas no controlan sus propios mensajes, sino que el propio consumidor decide que la gente consuma o no sus productos. El consumidor ha tomado el control. Ejemplos son Tripadvisor o Amazon con los testimonios de sus usuarios y la influencia que pueden llegar a tener en el comportamiento de compra de otros consumidores.

Un canal en el que se acentúa esta influencia de los consumidores son las redes sociales. El usuario se fía de lo que se escribe en este canal, por encima de lo que puedan llegar a decir las propias marcas. El caso es que, incluso si tu marca ha sido causa de buenas experiencias, costará leerse esa crítica positiva en Twitter. Sin embargo, si ha causado todo lo contrario seguro que hablarán de ti y no precisamente para bien; prepárate porque tocará apagar incendios.

Las ventajas de tener un Máster

Los jóvenes que realizan un programa de posgrado pueden aspirar a un 40% de sueldo más que aquellos que no poseen esta formación. No obstante, este incremento es gradual. De entrada, un máster no es lo único que puede garantizar un incremento salarial.
Tener un MBA sí importa si quieres optar a un sueldo por encima de la media en tu primer empleo. José Luis Risco, director de recursos humanos de EY, asegura que en función de la especialidad y el puesto puede suponer entre un 15% y un 20% respecto a otros candidatos que no cuentan con esa formación. Aclara que «aunque lo ideal es que nuestros júnior vengan con el máster puesto, por ejemplo un MBA es muy valorable para trabajar en el ámbito de la consultoría, los recién licenciados que contratamos hacen un máster que subvencionamos y que forma parte de su retribución en el primer año». Apunta además que los empleados contemplan una formación de posgrado, «subvencionada total o parcialmente por la compañía, que influye directamente en su desempeño y, como consecuencia, tiene un incremento en su retribución».

Valor añadido

Que la formación es un extra es algo en lo que coinciden los responsables de personas coinciden. Pero también se muestran unánimes al afirmar que lo verdaderamente definitivo para aspirar a un incremento salarial es el desempeño.

Para Susana Gómez, directora de recursos humanos de Kellogg, un MBA es sin duda un activo muy relevante en el currículo de un candidato. Pero además es necesario transformarlo en valor añadido y talento: «Las empresas contratamos y promocionamos talento, no currículo. Es la contribución del empleado al proyecto de la organización lo que aumenta su empleabilidad y lo que, sin duda, tendrá un impacto en su progresión profesional y paquete retributivo».

El séptimo informe sobre Impacto de la formación en las retribuciones, realizado por Icsa Grupo en colaboración con La Salle Campus Barcelona-URL, confirma que la formación sí supone una cotización al alza en el salario: se observa un 40,5% de diferencia en la retribución media entre los jóvenes con posgrado (25.857 euros anuales) y quienes tienen una preparación más básica (18.399 euros). Esa brecha se ensancha considerablemente en la franja de los 50 años en adelante, momento en el que llega a ser 2,6 veces superior (38.446 euros anuales frente a 99.676 euros).

Para Dulce Subirats, directora de recursos humanos de Mutua Madrileña y presidenta de Aedipe Centro, «la formación de posgrado permite completar los conocimientos adquiridos durante los estudios de grado con una visión diferente y más aterrizada al mundo empresarial. Si además el programa se realiza en una institución de prestigio, aporta al alumno la posibilidad de aprender de las experiencias de otros y de convivir con otras culturas».

El paso por un centro de formación permite al recién titulado obtener cierto bagaje que es muy valorado por las organizaciones, sobre todo, si el candidato aspira a un primer empleo. Por ejemplo, Jesús Domingo, director de recursos humanos de Mahou San Miguel, reconoce que «al participar en un MBA se potencian distintos aspectos de la persona, como su parte analítica y de resolución de problemas. También la capacidad de hablar en público y las habilidades de liderazgo, al realizar actividades de gestión de equipo y consecución de objetivos».

Así aportas, así vales

Según el informe de Icsa, un universitario con posgrado que comience a trabajar a los 24 años y se jubile a los 65 puede aspirar a obtener unos ingresos brutos superiores a los 2,8 millones de euros a lo largo de toda su vida profesional, un 23% más que hace siete años. Estos datos confirman que la formación contribuye a un incremento salarial, pero de entrada, no siempre es definitiva.

Subirats asegura que «en la medida que impacte en el buen hacer del profesional y en la mejora de sus resultados, sin duda tendrá efecto en su valoración interna dentro de la organización y un impacto en su reconocimiento, ya sea en términos retributivos, de categoría o a través de otros mecanismos que la compañía tenga establecidos».

Manuel Ángel Sánchez, vicepresidente de recursos humanos de Schneider Electric, afirma que en principio hay una cierta correlación entre el posgrado y el salario, pero hay que darse un margen de tiempo. «La persona que ha hecho un posgrado quiere que el retorno de la inversión que ha realizado sea inmediato. En el caso de los recién titulados, algunos acuden con unas aspiraciones que no se pueden cubrir de manera inmediata. Es una apuesta a medio o largo plazo que permite ampliar el abanico de opciones para conseguir una posición de más responsabilidad o un incremento salarial».

Sánchez apunta que a veces puede suponer un incremento en el sueldo de entrada, «pero no va a haber grandes diferencias frente a otro candidato que no posea esa formación». Confiesa que cursar un posgrado aporta al profesional -ya sea en su acceso a un empleo como a un ascenso en su carrera dentro de la empresa- ciertos valores a su favor: «Las personas que cursan un MBA tienen inquietudes de desarrollo, lo que influye de manera positiva en su desempeño y, por ende, en su retribución. Un máster no es condición suficiente para conseguir un aumento, pero ayuda a que se desarrollen las competencias para crecer profesionalmente».

Los responsables de personas coinciden en que se mueven por bandas salariales y que es el desempeño lo que hace subir peldaños en la escala jerárquica y, por lo tanto, en la retribución. Samuel Rodríguez, director de recursos humanos de Aviva, señala que una formación de posgrado como requisito imprescindible no es frecuente, «salvo para posiciones de cierta responsabilidad. La retribución de los candidatos está vinculada al puesto. Ese cambio está relacionado con distintas variables de desempeño, no con si tiene o no un MBA». Matiza que, en el caso de un candidato a un puesto, «por supuesto que si posee formación de posgrado se miraría con mejores ojos, pero no estaría dispuesto a pagar un sobre precio sólo por eso porque me vería obligado a salir del rango establecido».

En cualquier caso, las organizaciones sí apuestan por la formación de sus empleados como palanca. «Pueden ver cómo su desarrollo se acelera y eso tendrá un impacto a medio plazo sobre su salario», señala Domingo. En concreto, Mahou San Miguel ha destinado durante el último año más de 900.000 euros a la puesta en marcha de actividades formativas, que se han materializado en más de 55.000 horas de cursos y actividades de desarrollo.

Candidatos del mundo

La visión internacional que aporta realizar un máster
 es una de las cualidades más apreciadas en los procesos de selección. Las empresas quieren personas que sepan cómo se hacen negocios en cualquier parte del mundo, algo que va mucho más allá de conocer el idioma. 

La fuerza de las competencias y las habilidades

Las competencias y la habilidades de los candidatos, o las cualidades denominadas ‘soft’, están ganando la batalla en el momento de la selección.

Los responsables de recursos humanos saben que esta adaptación es imprescindible en todos sus candidatos, incluso por encima de la cualificación que se supone en los profesionales que han hecho un máster. Algunos directores de personas aseguran que, a veces, una formación de posgrado puede provocar el efecto rebote: «Los empleados se creen en disposición de exigir más en términos económicos y de carrera porque cuentan con MBA. Pero a veces, su desempeño no mejora y la respuesta de la empresa no cubre esos objetivos dinerarios y de promoción con los que contaban». En opinión de los directores eso puede frustrar al profesional y, por tanto, su desempeño empeora.

Por ésta y otras razones, los empleadores muestran más interés en la historia que cuenta el candidato en el currículo y, sobre todo, en comprobar qué hace y qué puede hacer en realidad. De nada sirve incluir una extensa lista de habilidades en tu historial laboral si luego no eres capaz de contarlo, de demostrar lo que realmente vales. Por esta razón, las escuelas de negocios están fomentando esta faceta en todos sus programas, porque no se trata de saber más sino de cómo se aplican esos conocimientos en la empresa, cómo se llevan a la práctica para que realmente impacten.

Fuente: Expansion.com

Las validaciones de Linkedin, un arma de doble filo

En septiembre del 2012 LinkedIn apostó por una nueva funcionalidad que permite al usuario realizar validaciones a los perfiles visitados. Se trata de una “caja” que aparece en la parte superior de nuestra ventana con aptitudes y conocimientos para validar a alguno de nuestros contactos.

En un primer momento puede parecer un sistema muy útil para nutrir nuestro perfil de LinkedIn y que destaque del resto. Sin embargo, esta función de validación “automática” normalmente sugiere las habilidades que más han validado otros contactos y/o habilidades irrelevantes. Además, normalmente son validaciones realizadas por gente que nunca ha trabajado con nosotros.

LinkedIn apostó por una estrategia agresiva para que el usuario obtenga más validaciones en su perfil, pero a la vez puede ser desacertado para su trayectoria profesional. A día de hoy se ha convertido en una tendencia donde amigos y colegas se validan mutuamente aptitudes y conocimientos sin ningún tipo de criterio. Incluso muchos usuarios hacen clic en ‘validar’ para quitarse de en medio el cuadro azul, sin ningún miramiento.

¿Y qué podemos hacer?

En muchas ocasiones las aptitudes y conocimientos sugeridas por LinkedIn son muy básicas y pueden incluso “manchar” nuestro perfil profesional. Hablamos de aptitudes como Español, Word o Microsoft Office; habituales entre estas sugerencias de LinkedIn.

Lo óptimo sería que el sistema mostrara las aptitudes y conocimientos que el usuario lista en su sección de habilidades, en lugar de mostrar habilidades irrelevantes y, normalmente, básicas.

Sin embargo, estas habilidades más relevantes e integrales para el perfil no suelen ser mostradas. Posiblemente el algoritmo que genera las validaciones de LinkedIn no sea el óptimo para alimentar nuestro perfil profesional en la red.

Por tanto, no debemos validar las aptitudes propuestas por LinkedIn. Para validar una aptitud o conocimiento de alguno de nuestros contactos antes tenemos que haber trabajado con aquella persona. El desconocimiento de los usuarios al usar esta funcionalidad puede jugar en contra del contacto que recibe la validación.

Así que si hay algo que podemos hacer es eliminar las aptitudes de nuestro perfil que no correspondan a nuestra actividad profesional. Tampoco debemos aceptar nuevas validaciones que hayan sido validadas de forma automática. Y, lo más importante, podemos evitar recibir validaciones irrelevantes o que no hayamos añadido nosotros expresamente desactivándolo en el bloque de ‘Aptitudes y validaciones’:

Al final, estamos en LinkedIn por cuestiones profesionales, por tanto, seamos profesionales y, sobre todo, validemos con criterio.

¿Cómo lograr una estrategia de ventas exitosa?


Un director de ventas debe liderar a su equipo de ventas, siendo el máximo referente para obtener lo mejor de cada uno de los integrantes del equipo y así lograr los objetivos de la empresa.

Sin embargo, un error habitual en las grandes empresas es asignar como director de ventas al mejor vendedor de la empresa. El resultado puede ser catastrófico, las ventas suelen disminuir y el director del área acaba siendo despedido. Las habilidades para alcanzar el éxito como director de ventas no son las mismas que las requeridas para ser un buen vendedor.

¿La solución? Hay que buscar un líder, no un súper vendedor. Una persona capacitada para construir un gran equipo, y no a corto plazo. La venta es un arte que hay que cultivar.

Una vez elegido el director de ventas, el siguiente paso es diagnosticar lo que el cliente está buscando -una tarea que requiere mucho conocimiento-, para poder satisfacer sus necesidades.

Está claro que sin ventas, no hay negocio que perdure. Algo tan sencillo y obvio pero que muchas empresas no tienen en cuenta a la hora de realizar de analizar el mercado. Dar respuesta a las necesidades de los clientes es fundamental para hacer crecer la empresa u organización, incrementando las ventas y atrayendo a posibles compradores potenciales.

En definitiva, el éxito de una organización depende, en gran parte, de la faena realizada por su equipo comercial. Por este motivo es imprescindible elegir un buen director de ventas para así conseguir una dirección estratégica y estructurada del equipo de ventas. Sólo de esta manera se logrará mejorar la motivación en el trabajo y, consecuentemente, la productividad de la empresa, es decir, una mejora en los índices de ventas.

Las grandes empresas coinciden en que los especialistas relacionados con el área comercial serán de los más solicitados durante el próximo 2016. Por ello, desde ENEB apostamos por el Máster en Dirección Comercial y Marketing para consolidar y potenciar su carrera en el área de ventas y prepararle para su futuro directivo.

I Congreso Nacional de Escuelas de Negocios, todo un éxito

El pasado 29 de octubre ENEB asistió y participó en el I Congreso Nacional de Escuelas de Negocios, conducido por Juanma Romero, director y presentador del programa ‘Emprende’ en RTVE.

Celebrado en la sede de la Agencia EFE de Madrid, el I Congreso Nacional de Escuelas de Negocios nace para convertirse en el evento de referencia para el sector de Escuelas de Negocios. De esta manera, a lo largo del congreso se pusieron en conocimiento las técnicas más vanguardistas en materia educativa así como se conocieron los Másters y programas fundamentales de formación especializada para directivos de empresa.

Hasta la fecha las Escuelas de Negocios como ENEB carecían de un evento específico que tratase sus necesidades e inquietudes. A través de conferencias, presentaciones, charlas magistrales, mesas redondas y, sobretodo, networking, el I Congreso Nacional de Escuelas de Negocios se posiciona como el congreso de referencia e indispensable para todos los actores involucrados en el proceso de desarrollo de directivos.

Sin lugar a dudas, todas las instituciones y empresas interesadas en este target pudieron ofrecer productos y servicios de una manera dinámica e interactiva para los asistentes.

Una buena y provechosa jornada que ENEB pudo disfrutar junto a grandes profesionales del sector.

Emprender en 5 pasos, ¿es posible?

Con el emprendimiento en pleno auge todo el mundo quiere aventurarse con su proyecto, pero a veces pecamos de desconocimiento.

El primer paso antes de emprender es ser plenamente consciente de ello; el camino que queda por recorrer es largo. El tiempo es limitado, así que la decisión de poner en marcha nuestra idea o no, puede ser la más difícil e importante.

Una vez encaminados, nuestra curiosidad, pasión, motivación, lectura, etc., pueden ser claves para definir el objetivo con el que ayudemos al consumidor aportándole un valor añadido. Obviamente, la idea tiene que motivarnos ya que nos tocará invertir muchas horas. Por lo tanto, no sólo bastará con identificar algo que realmente nos agrade, sino que también tengamos un cierto conocimiento. El actual consumidor es muy exigente.

El tercer paso es la formación de un buen equipo. Ya lo dicen, “si quieres ir rápido, camina solo; pero si quieres llegar lejos, camina acompañado”.

Pero, ¿cómo formamos un equipo? Más allá de sus habilidades y experiencia, también hay que tener en cuenta los valores, emociones y motivación por el proyecto. Compartir los mismos valores y que se identifiquen con el proyecto. Muchas veces el problema está en que empezamos a buscar skills en lugar de los valores e intentamos compensar la motivación a base de salario. No obstante, a la larga esa persona inevitablemente se irá desmotivando.

El cuarto paso del emprendedor es, posiblemente, el más difícil: buscar financiación. Es complicado emprender sin tener cierta libertad financiera, y eso no significa ser rico. Una persona que tiene menos posesiones pero no tiene cadenas en cuanto a hipotecas, préstamos, etc. tiene un grado mayor de libertad financiera que otra persona hipotecada. En el caso de no tener recursos propios, una buena alternativa es buscar inversores.

Está claro que a lo largo de la vida de la empresa habrá que ir añadiendo los conocimientos suficientes que se necesiten. Por lo tanto, aportar las skills (habilidades) necesarias para el desarrollo del proyecto puede ser el quinto paso. El aprendizaje es clave.

Generalmente el emprendedor se toma la vida como un camino de aprendizaje, una actitud vital, no existe el fracaso sino el aprendizaje. Crecer como persona y como profesional. Es más, en Estados Unidos, un país con una enorme tasa de emprendedores, el fracaso está bien visto. Se considera una experiencia muy valiosa para los próximos negocios. ¿Emprendemos?

El motor del modelo de negocio

Actualmente crear una empresa no es tarea fácil. De hecho, nunca lo ha sido. Lograr reunir recursos financieros, humanos, tecnológicos, de producto, etc., y, además, añadir una propuesta de valor en el mercado es realmente difícil.

Está claro que lo complicado de todo este engranaje es el motor; el modelo de negocio.

¿Y cómo definimos esta propuesta de valor? La primera respuesta que se nos puede pasar por la cabeza escubriendo una necesidad del consumidor, es decir, ayudando a los demás. Se trata de montar un engranaje para cubrir una necesidad y, consecuentemente, obtener unos ingresos a partir de una actividad que realmente nos apasione, si puede ser.

A día de hoy las empresas que tienen éxito son las que se focalizan en esto, sin añadir líneas de negocio que distorsionen la propuesta de valor del negocio. Buscan consolidar la empresa.

En el momento que se pierde el hilo y diversificamos nuestra propuesta de valor podemos caer en el espantoso terreno del fracaso.

La filosofía de las empresas exitosas pasa por evolucionar constantemente la manera de cubrir las necesidades, aportar una mejor calidad al consumidor siempre adaptándose a él; el cliente manda.

Ejemplos de este modelo son Starbucks, Mercadona o McDonald’s. El último readaptó su color corporativo; del rojo al verde, o lo que es lo mismo, de la hamburguesa cero saludable a las ensaladas healthy que tan de moda están entre los actuales consumidores. El producto es circunstancial. Lo importante es el modelo, el engranaje de nuestra organización.

Los 5 secretos para ser un buen líder

Escucha activa

Un buen líder es aquel que escucha a sus colaboradores, valora sus opiniones y hace suya aquella que le parezcan apropiadas o que vayan a generar una mejoría en su equipo.

Decisión

El líder escucha y medita, pero sobretodo decide. Un buen líder no debe dudar de sus decisiones una vez tomadas, si cambiar el rumbo de éstas si ve que no son apropiadas.

Empatía

Los líderes carismáticos y genuinos que tienen una personalidad agradable tienden a mejorar el sentido de liderazgo. Las personas que tienen una personalidad magnética son tratados como líderes por su forma de ser aunque les falte una o varias cualidades, la escucha activa y ponerse en el lugar del otro ayudará al líder a que sus cooperantes trabajen mejor.

Dotes de motivación

Un buen líder sabe aprovechar al máximo las cualidades de su equipo y potenciarlas al más alto nivel. Un equipo motivado es un equipo con resultados.

Visión de éxito

La palabra fracaso se traduce en aprendizaje si las cosas no salen como uno pudiera esperar. Un buen líder solo encuentra el éxito en cada proyecto, llegue o no, a los objetivos planteados desde un inicio.