En septiembre del 2012 LinkedIn apostó por una nueva funcionalidad que permite al usuario realizar validaciones a los perfiles visitados. Se trata de una “caja” que aparece en la parte superior de nuestra ventana con aptitudes y conocimientos para validar a alguno de nuestros contactos.
En un primer momento puede parecer un sistema muy útil para nutrir nuestro perfil de LinkedIn y que destaque del resto. Sin embargo, esta función de validación “automática” normalmente sugiere las habilidades que más han validado otros contactos y/o habilidades irrelevantes. Además, normalmente son validaciones realizadas por gente que nunca ha trabajado con nosotros.
LinkedIn apostó por una estrategia agresiva para que el usuario obtenga más validaciones en su perfil, pero a la vez puede ser desacertado para su trayectoria profesional. A día de hoy se ha convertido en una tendencia donde amigos y colegas se validan mutuamente aptitudes y conocimientos sin ningún tipo de criterio. Incluso muchos usuarios hacen clic en ‘validar’ para quitarse de en medio el cuadro azul, sin ningún miramiento.
¿Y qué podemos hacer?
En muchas ocasiones las aptitudes y conocimientos sugeridas por LinkedIn son muy básicas y pueden incluso “manchar” nuestro perfil profesional. Hablamos de aptitudes como Español, Word o Microsoft Office; habituales entre estas sugerencias de LinkedIn.
Lo óptimo sería que el sistema mostrara las aptitudes y conocimientos que el usuario lista en su sección de habilidades, en lugar de mostrar habilidades irrelevantes y, normalmente, básicas.
Sin embargo, estas habilidades más relevantes e integrales para el perfil no suelen ser mostradas. Posiblemente el algoritmo que genera las validaciones de LinkedIn no sea el óptimo para alimentar nuestro perfil profesional en la red.
Por tanto, no debemos validar las aptitudes propuestas por LinkedIn. Para validar una aptitud o conocimiento de alguno de nuestros contactos antes tenemos que haber trabajado con aquella persona. El desconocimiento de los usuarios al usar esta funcionalidad puede jugar en contra del contacto que recibe la validación.
Así que si hay algo que podemos hacer es eliminar las aptitudes de nuestro perfil que no correspondan a nuestra actividad profesional. Tampoco debemos aceptar nuevas validaciones que hayan sido validadas de forma automática. Y, lo más importante, podemos evitar recibir validaciones irrelevantes o que no hayamos añadido nosotros expresamente desactivándolo en el bloque de ‘Aptitudes y validaciones’:
Al final, estamos en LinkedIn por cuestiones profesionales, por tanto, seamos profesionales y, sobre todo, validemos con criterio.