En los últimos años, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado muchas industrias, y el marketing no ha sido la excepción. Una de las tecnologías más disruptivas que ha emergido es la de los deepfakes. Originalmente vinculada a polémicas relacionadas con la desinformación, esta tecnología ahora está siendo explorada por marcas que buscan formas innovadoras de captar la atención de sus audiencias. Pero, ¿cómo se están utilizando los deepfakes en el mundo del marketing y qué implicaciones tiene esta tecnología para las marcas?
En ENEB queremos que sepas que un deepfake es una técnica que utiliza IA para crear imágenes, videos o audios falsos, en los cuales se simula la apariencia, voz o acciones de una persona. Al aprovechar algoritmos avanzados de redes neuronales, es posible crear contenido increíblemente realista, donde se puede modificar el rostro de una persona en un video o hacer que una celebridad diga algo que nunca ha dicho.
Aplicaciones de los Deepfakes en marketing
A pesar de la controversia, los deepfakes han encontrado un lugar en el marketing moderno. Algunas de las aplicaciones más creativas incluyen:
1. Publicidad personalizada
Imagina ver un anuncio donde un personaje famoso o un influencer te habla directamente, mencionando tu nombre o adaptando el mensaje específicamente para ti. Los deepfakes permiten crear anuncios altamente personalizados sin necesidad de grabar múltiples versiones. Esta capacidad abre la puerta a una publicidad que parece dirigida a cada individuo de manera única, lo que puede aumentar la conexión emocional con la marca.
2. Campañas virales
Los deepfakes tienen el poder de sorprender y captar la atención del público, lo que los hace ideales para campañas virales. Al crear contenido que rompa con lo convencional y genere conversación, las marcas pueden obtener grandes beneficios en cuanto a visibilidad y notoriedad. Un ejemplo de esto fue la campaña de publicidad de una conocida marca de bebidas que utilizó deepfakes para hacer «revivir» a figuras históricas y que «promovieran» sus productos.
3. Mejoras en el servicio al cliente
Algunas empresas han empezado a experimentar con deepfakes para mejorar la experiencia del cliente. Por ejemplo, al usar deepfakes para generar avatares de atención al cliente más realistas, se podría ofrecer un servicio mucho más cercano y personalizado. Estos avatares pueden simular interacciones en tiempo real con clientes, mejorando la experiencia digital sin la necesidad de un agente humano.
4. Marketing en redes sociales
En redes sociales, la atención del usuario es fugaz. Los deepfakes pueden ofrecer a las marcas la oportunidad de crear contenido impactante y novedoso que detenga a los usuarios mientras hacen scroll. Empresas de moda, tecnología y entretenimiento ya están experimentando con este formato para maximizar la interacción con su audiencia.
Los riesgos de los deepfakes en marketing
Sin embargo, no todo es positivo. El uso de deepfakes en marketing también conlleva ciertos riesgos y desafíos:
1. Desconfianza del consumidor
Aunque los deepfakes ofrecen posibilidades emocionantes, también generan desconfianza. Los consumidores podrían sentirse engañados o manipulados al descubrir que el contenido que ven no es real. Esto podría erosionar la confianza en la marca y generar controversia.
2. Problemas éticos
El uso de deepfakes plantea serios dilemas éticos. El crear contenido falso con la imagen o voz de personas sin su consentimiento es una preocupación legítima. Incluso en un contexto controlado como el marketing, las marcas deben ser transparentes sobre el uso de esta tecnología para evitar daños a su reputación.
3. Posible mala publicidad
Si una campaña de deepfakes no se ejecuta correctamente o se percibe como insensible, puede volverse en contra de la marca. Los consumidores son cada vez más críticos, y las acciones de marketing que juegan con la veracidad de los contenidos pueden generar una reacción negativa, especialmente si se utilizan figuras públicas o mensajes engañosos.
El futuro de los deepfakes en el marketing
A medida que la tecnología deepfake se vuelve más accesible, es probable que veamos un aumento en su uso dentro del marketing digital. Sin embargo, el reto para las marcas será encontrar el equilibrio entre la creatividad y la ética. Es crucial que las empresas sean transparentes sobre cuándo y cómo están utilizando deepfakes, ya que una mala implementación podría dañar su imagen.
Además, se espera que en el futuro cercano las regulaciones sobre el uso de deepfakes se vuelvan más estrictas, obligando a las marcas a ser más cautelosas. Como resultado, la transparencia y el consentimiento se convertirán en elementos clave en la planificación de campañas basadas en deepfakes.
Para resumir, los deepfakes ofrecen un gran potencial para el marketing, desde la personalización masiva hasta la creación de contenido viral que capture la atención del público. Sin embargo, también vienen acompañados de riesgos que las marcas deben gestionar con cuidado. Las empresas que logren navegar este delicado equilibrio podrán aprovechar esta tecnología de manera efectiva, mientras que las que no lo hagan podrían enfrentarse a problemas de confianza y reputación.