“En 2019 un ordenador personal de mil dólares tendrá tanto poder como un cerebro humano” (Indocochea 2019: 113). Ello es consecuencia de que cada 18 meses se duplica la cantidad de transistores en un circuito integrado (Ley de Moore). Según esta escala, en 2029 ese mismo ordenador será mil veces más potente que un cerebro humano… al mismo precio.
Apenas sin darnos cuenta, estamos entrando en la Era de la Singularidad, donde la sociedad avanzará exponencialmente gracias al desarrollo de ciencias como la robótica, la nanotecnología, la Inteligencia artificial (IA) y la biotecnología. La diferencia con respecto a los robots o sistemas de IA ya existentes en la actualidad es que será el propio software que se mejorará a si mismo de manera recurrente, superando, de esa manera, la capacidad intelectual humana.
Este nuevo marco de singularidad va a generar profundos cambios en todos los ámbitos de la vida, desde el personal, pasando por el profesional/laboral, organizativo, familiar, etcétera, afectando a la comunicación humana y al nivel de relación. Aspectos que hoy nos sorprenden serán cotidianos. Por ejemplo, todos tendremos el don de lenguas gracias a los asistentes virtuales que automáticamente traducirán nuestras palabras a cualquier idioma.
Muchos de estos cambios son inimaginables hoy en día. Algunas voces ya apuntan un importante aumento de la longevidad de los seres humanos gracias a los tecnobiología. Aquello que hemos visto en películas tales como Transcendence o Autómata podrá ser una realidad. No está tan lejos. Está programado que ocurra en este siglo.
El concepto de singularidad fue popularizado por el matemático Vernor Vinge a principios de los ochenta del siglo pasado con su artículo “The Coming Technological Singularity: How to Survive in the Post-Human Era”. Pero quien usó por primera vez el término fue el físico John von Neuman a mediados del siglo XX.
De hecho, ya existe, desde 2008, una Universidad de la Singularidad en Silicon Valley (California), aunque sus cursos pueden seguirse también de manera on line. Definen su misión de esta manera: educar, inspirar y capacitar a los líderes para aplicar tecnologías exponenciales para abordar los grandes desafíos de la humanidad.
La llegada de esas nuevas tecnologías de interacción persona-máquina ya está aquí. Los asistentes virtuales como Siri (para los usuarios de Apple), Speaktoit o Sherpa (para los de Android), ya los estamos usando. Entre los más populares: Cortana (de Microsoft), Alexa (de Amazon) o Aura (de Telefónica) que funcionan mediante la interacción vocal. Mis peticiones de búsqueda en Internet son de viva voz: “OK Google” le digo a mi Smartphone para activarlo. Y a continuación, le digo los conceptos de mi búsqueda. En milisegundos me ofrece un listado de opciones y, de viva voz, me lee la primera.
Como vemos, el desarrollo tecnológico avanza rápidamente. Sin embargo, queda pendiente el papel que deben desempeñar elementos humanos como la conciencia, la ética o la democracia para controlar los posibles abusos de este acelerado proceso. ¿Están las sociedades preparadas para semejante cambio?
Para profundizar en el tema:
Alejandro Indacochea (2017). Empieza la era de la Singularidad: Las Tecnologías que Cambiarán el Mundo. https://goo.gl/FpWQK1
Marité Salvat (2015). Crear el futuro. Buenos Aires: Ed. Dunken
Albert Cortina, Miquel Àngel Serra (2015). ¿Humanos o posthumanos? Barcelona: Fragmenta.
María del Mar Souto, Rafael Martínez-Cortiña (2018). 2025: Bienvenidos a la sociedad inteligente. Sevilla: Caligrama.
Sobre Aura:
https://elpais.com/tecnologia/2018/02/23/actualidad/1519381300_984071.html
Dr. Joaquín Marqués
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