Los ‘millenials’, aquellas personas nacidas entre principios de los años 80 y finales de los 90, están dispuestos a revolucionar el mundo de los negocios. Se trata de una generación de nativos digitales, multipantalla y multiispositivo, es decir, con una enorme capacidad por hacer varias cosas a la vez.
Poco a poco, esta generación de jóvenes altamente preparados y exigentes van marcando las pautas de un nuevo entorno en las oficinas en el que reina la flexibilidad y las áreas comunes para los trabajadores. Una dinámica de trabajo muy diferente a la que muchas grandes empresas no estaban o están acostumbradas.
Para esta generación las oficinas tradicionales ya son cosa del pasado. Los millennials reivindican cambios a los líderes empresariales. Son partidarios de fomentar espacios colaborativos ya que creen que así pueden aumentar la productividad y los beneficios de la compañía.
Tampoco creen en los sitios fijos. La posibilidad de trabajar desde cualquier lugar con conexión a Internet, ya sea dentro o fuera de la oficina, es mucho más importante que un sueldo alto. Están convencidos de que el tiempo que se pasa en la oficina no es directamente proporcional a la productividad, sino que puede originarse precisamente el efecto contrario. Y ya que las nuevas tecnologías nos lo permiten, ¿por qué no trabajar desde donde uno desea o rinda mejor?
La pertenencia a una comunidad es otro de los factores clave para esta generación. Y es que, posiblemente, no existe millennial que no tenga, mínimo, un perfil en redes sociales. Por este motivo espacios comunes como la cafetería o zonas de reunión u ocio son clave para desconectar del trabajo, relacionarse y recargar pilas.
Sin lugar a dudas, la cultura organizativa está cambiando. Los líderes empresariales están introduciendo cambios en las áreas de trabajo, adecuando sus negocios a las necesidades de sus equipos. Cumplir con esta demanda no es tarea fácil, pero así son los millennials, una generación muy bien preparada, social, inquieta y con una enorme capacidad crítica. Está claro que la primera generación crecida en la era de Internet tiene aún mucho por decir.